Los Bardos: Los estados intermedios de la existencia
Las enseñanzas del bardo no están destinadas únicamente a los budistas. Todos los seres, budistas o no, estamos ahora mismo en alguno de los estados del bardo. En el momento presente, estamos en el bardo que comienza en el nacimiento y concluye con la muerte. Pero a este bardo le sucederán otros. Por consiguiente, tanto si somo budistas como si no, es importante estudiar las enseñanzas relativas a los diferente bardos y ejercitar prácticas que nos preparan para afrontar todas estas experiencias. Cuando se realiza una sesión de Aliento vital se revive la energía e información que creó el cuerpo al comienzo de todo, es la energía que se experimentó en el útero materno e incluso antes de encarnar. Así Aliento Vital igualmente nos conecta con los bardos o estados intermedios de la existencia. Esta conciencia del tránsito por los bardos junto al poder innato de nuestra respiración disuelve bloqueos, tensiones, miedos, angustias y las armaduras del cuerpo emocional.
El budismo no sólo nos enseña a acercarnos la muerte sin miedo y ver que es algo inevitable, sino también nos da grandes enseñanzas al respecto. Entre las enseñanzas más útiles se encuentra el Bardo thodol, más conocido como el libro tibetano de los muertos. Aunque generalmente se habla de seis bardos, que incluyen el bardo de la meditación y el bardo del sueño, habitualmente cuando se alude a las enseñanzas de bardos se refiere al hecho de que el budismo Vajrayana concibe la vida y la muerte como un ciclo continuo de experiencias que, conjuntamente, recibe el nombre de los cuatro bardos. Dichos bardos comprenden la vida presente, el proceso de la muerte, el estado después de la muerte y la búsqueda de un nuevo renacimiento.
Los seis bardos y el mundo dual
El principio subyacente de esta enseñanza es que dentro de toda condicionalidad existe un punto donde el proceso de efecto cesa y el proceso de causa aún no ha empezado. Justo en este punto podemos romper el ciclo y buscar nuestro camino ascendente a través del cual accedemos a otro nivel de existencia, y esto en principio es en esencia el estado intermedio o el bardo. En otras palabras, podemos decir que el bardo representa el punto de transmisión dentro del proceso cíclico de la vida, entre las fases activas y reactivas donde por un instante estamos libres del proceso cíclico. Y si uno lo considera desde este punto de vista, la vida espiritual consiste en aprovechar tales momentos. Con la técnica de Aliento Vital creamos a priori momentos similares para utilizarnos en el camino de nuestra liberación.
El bardo de la vida
La vida en sí, de acuerdo con esta enseñanza budista, es un estado intermedio entre el nacimiento y la muerte. Es en el transcurso de esta vida donde podemos decidir, escoger y determinar si continuamos dando vueltas en la Rueda de la Vida o si avanzamos por el espiral hacia arriba. Ser reactivos o ser creativos. Por tanto, en todas las escuelas del Budismo se da mayor importancia a la vida humana; la vida humana representa para el Budismo una gran oportunidad una oportunidad maravillosa, porque es en ésta donde tenemos la posibilidad de alcanzar el estado de centralidad última, transcendental que llamamos Budeidad. Entonces este bardo, esta etapa intermedia de la vida, de la existencia humana que es tan única y tan valiosa, de acuerdo con el Budismo, no debe desperdiciarse.
El bardo del sueño
El estado del sueño es intermedio entre el estado de vigilia y el del sueño profundo. En el estado de sueño es posible entrar en contacto con niveles más profundos de la realidad donde ésta se representa en el sueño a través de imágenes arquetípicas. Aquí, por supuesto, no nos interesan los sueños ordinarios. Las imágenes que se presentan en estos sueños arquetípicos que son los que nos interesan difieren de los sueños ordinarios en que los sueños arquetípicos se manifiestan en colores brillantes, de todo tipo de colores y matices parecidos a las joyas o al arco iris, es por eso que son memorables. Para la gente que los experimenta tienen estos sueños un significado inmenso. A menudo cuando las personas han tenido uno de estos sueños arquetípicos o, por así decirlo, experiencias, cuando se despiertan sienten que ha ocurrido algo profundo, algo importante; sienten que han cambiado, por tanto, los sueños no se olvidan fácilmente. La psicología de Jung dice que los sueños de este tipo juegan un papel muy importante en lo que se llama el proceso de Individualismo.
En el Budismo existen varios tipos de yogas, ejercicios espirituales, métodos de meditación que están diseñados para mantener la práctica espiritual en los sueños .Para algunas personas resulta más fácil y rápido progresar en el estado del sueño que en el de la vigilia. Por otro lado es también posible recibir enseñanzas en el estado de sueño arquetípico las cuales uno nunca olvida, y también recibir Iniciaciones de diversos tipos. De acuerdo con la Tradición, algunas personas incluso han logrado la Iluminación en el estado del sueño. No debemos pensar que solamente se puede alcanzar la Iluminación en el estado de vigilia; eso es sólo nuestro prejuicio que convierte el estado de vigilia en la base universalmente válida. No sólo se puede alcanzar la Iluminación a partir del estado de sueño arquetípico. La mayoría de los yogas en el estado del sueño involucran la prolongación de la atención dentro del sueño, tú eres él que sueña. Uno tiene plena conciencia, por así decirlo, de la realidad de estos sueños y experiencias, sin que uno pierda la atención. Existen diversos métodos psicofísicos para inducir la atención en el estado del sueño, de tal forma que uno puede inclusive controlar sus sueños y tener el tipo de sueños que uno quiere.
El bardo de la meditación o el bardo dhyana
¿En qué sentido es la meditación un estado intermedio? Es, por supuesto, el estado intermedio entre dos estados de lo que podríamos llamar la conciencia “normal”. Pero para ser más exacto, la meditación, desde cierto punto de vista, es un estado intermedio entre dos pensamientos ¿Ahora qué significa eso? Estamos dominados por una sucesión constante, un flujo ininterrumpido, un torrente de pensamientos. Normalmente no tenemos conciencia o no nos damos cuenta de eso. Nos damos cuenta o empezamos a darnos cuenta en el momento de la meditación. Todos aquellos que hayan practicado la meditación saben que en cuanto te sientas, en cuanto cierras tus ojos, te haces consciente de este gran torrente de pensamientos que pasan precipitadamente y que tienes que luchar contra eso. Los observas, estás consciente de ello, y poco a poco encuentras que el torrente pasa más despacio; no parece moverse tan rápido; no parece tan apresurado; todo va más lento. Encuentras que llega una etapa donde uno puede ver que todo el proceso se vuelve más espaciado. Empiezas a tener conciencia de cada pensamiento independiente, no solo miles de pensamientos a la vez, sino uno por uno. Y conforme todo va más lento y conforme los pensamientos empiezan a llegar solos, finalmente, uno empieza a experimentar los intervalos entre los pensamientos. Aquí está un pensamiento, te das cuenta de que está llegando; te das cuenta de que se queda; te das cuenta de que se va; entonces no hay ningún pensamiento; hay un espacio, una brecha; ningún pensamiento. Entonces con la práctica desarrollas que los intervalos se hagan más largos. Por tanto un pensamiento llega y se va, y transcurre el tiempo para que llegue otro pensamiento. Hay un intervalo sin pensamientos. Por lo menos durante un rato, unos cuantos minutos o puede ser cinco minutos o finalmente hasta media hora, experimentas un estado de no-pensamiento. Entonces, podemos decir que no existe una meditación verdadera sin esta experiencia. Es solamente en este estado de no-pensamiento, en este estado vacío, por así decirlo, entre pensamientos, que uno puede entrar en contacto con la Realidad.
Ahora llegamos a los tres últimos bardos, el Bardo del Momento de la Muerte, el Bardo de la Realidad y el Bardo del Renacimiento. Es acerca de estos tres bardos que el Libro Tibetano de la Muerte se trata principalmente. Y en un sentido todos forman parte de un solo bardo, en el sentido de que todos son estados intermedios entre la muerte y el renacimiento o re-concepción.
Bardo del momento de la muerte o bardo chikhai
El chikhai bardo es la fase que sigue inmediatamente la muerte: Sucede al momento de morir y en los instantes que le siguen y consta de tres fases.
Primera Fase: Se percibe la Luz Clara Primaria que es una luz brillante vinculada con nuestra Naturaleza Divina. Se dice que aquellos que se desarrollaron espiritualmente durante su vida, podrán reconocerla y confrontarla, lo que les permitirá escapar de la rueda de reencarnaciones (Samsara).
Esta Luz se puede también experimentar durante la vida, pero para ello, se requiere permanece en silencio sin ser movido por pensamientos o emociones. Esto generalmente ocurre en un estado profundo de meditación. Experimentar la Luz en plena conciencia permite liberarse de Maya (el mundo de la ilusión).
La mayoría de las personas pasan inconscientemente por esta etapa por muchas causas: impureza de pensamientos y emociones, apego al mundo de la forma y las posesiones, culpa, karma, influencia de las drogas, ignorancia de los estados del bardo y su potencial liberador, etc. De ahí que los movimientos iniciáticos pongan tanto énfasis en la purificación y el desprendimiento.
Segunda Fase: Se percibe una Luz Clara Secundaria. Esta correspondería con la luz que personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM) aseguran haber visto. Aparentemente es de menor intensidad, pero en realidad es la misma Luz que se redujo para adaptarse a las limitaciones de la persona, ya que la intensidad de la Luz depende de la calidad de la Luz dentro de la conciencia de la propia persona.
Al igual que la primera etapa, la liberación también se ofrece aquí como un don de la Inteligencia Divina, sin embargo sería una liberación incompleta, debido a que en la primera fase, la Luz corresponde a una manifestación de la Conciencia Cósmica, mientras que en la segunda fase corresponde a una manifestación de nuestro Sí Superior u monada que es una expresión de la primera a un nivel más “pequeño”, más individual.
Para propiciar el logro de la liberación, los budistas practican meditaciones en donde en un estado alterado de conciencia intentan vivir esa experiencia con la Luz, para así estar preparados y reconocerla cuando se encuentren en el Chikai.
Mientras se experimenta la fase de Chikai, los ruidos físicos o lamentos de los familiares y amigos, pueden distraer a la conciencia del moribundo. Es por esa razón que la habitación donde se encuentre debe estar libre de cualquier condición que pueda perturbar su concentración mental.
Si la persona logra reconocer la Luz, debe fusionarse con ella o absorber su radiación. Esto la llevará a mundos superiores. De lo contrario, si no tiene éxito, la conciencia se desvanece por completo durante 3 a 7 días, hasta la etapa siguiente.
El bardo de la experiencia de la realidad o bardo chonyid
sobreviene a los siete días consta de dos fases.
Primera Fase: Cuando la consciencia se despierta, en los siguientes siete días percibe las 42 deidades pacificas. Cada una de estas deidades puede ofrecer al alma, la posibilidad de acceder a los placeres de los dioses, pero estas deidades pueden ser una trampa. Todo es tan hermoso que te puedes perder en tus fantasías.
Segunda Fase: En los siguientes siete días aparecen las 58 deidades iracundas que pueden aterrorizar a aquellos que no entiendan lo que representan. El alma errante puede sentir miedo e huir presa de pánico, arriesgando perderse. En esta etapa, el contenido subconsciente de la persona se proyecta hacia el exterior como imágenes psíquicas. Estas imágenes pueden tomar la forma de dioses, maestros, ángeles, monstruos, demonios o cualquier cosa que refleje tanto a nuestros deseos, como a nuestros temores. Lo importante en esta etapa es no dejarse seducir por las imágenes encantadoras, ni asustarse por las imágenes aterradoras. El objetivo es alcanzar la “vacuidad”. Si la persona toma profundamente conciencia de que todo ello son solamente creaciones mentales proyectadas al exterior de su ser y por lo tanto son irreales, obtendrá la liberación, ya que de esta manera, transforma su conciencia al darse cuenta de la verdadera raíz de estas visiones y su integración en su propio ser.
El bardo del renacimiento o sidpa bardo
Después de un cierto número de días la conciencia del difunto adquiere un cuerpo mental provisto de cinco sentidos. Es la fase del sidpa bardo o etapa del renacimiento. En ella puede ver su familia y circular por el mundo atravesando obstáculos. Sigue la visión de las buenas y malas acciones
Primera Fase: Si la persona no logró la liberación en las etapas anteriores, viene la última prueba que es el encuentro con Yama, el Señor de la muerte (Chos-rgyal en tibetano), quien analizará sus obras, amontonando las buenas acciones en forma de guijarros blancos y las malas en forma de guijarros negros.
Una vida de buenas acciones permitirá un renacimiento positivo e incluso la entrada al reino de los dioses, una vida de maldad condenará al alma a renacer como un animal o una vida de tortura en el infierno.
Segunda Fase: Comienza la búsqueda de renacimiento en el mundo físico. Es el momento en que un alma puede escoger a sus padres y ver su próxima reencarnación. Entonces posteriormente la entidad difunta intenta acercarse más, intenta meterse entre sus padres mientras están haciendo el amor, en ese instante ocurre la concepción y el continuo de conciencia pierde conciencia, se desvanece y por supuesto se encuentra desarrollándose en su forma inicial como un cuerpo para su regreso a este mundo.
Muerte y Meditación
Un aspecto importante es la correspondencia muy definida, estrecha y clara entre el estado intermedio de la meditación y los estados intermedios durante y después de la muerte. La meditación es un tipo de muerte, la muerte es una especie de meditación. En ambos estados intermedios, la Liberación es posible. Y los textos nos dicen que cuanto más nos acerquemos a la Realidad en la meditación durante la vida, cuanto más claramente la veamos, más oportunidades tendremos de experimentar la Realidad y alcanzar la Liberación después de la muerte. El Bardo Thodol no es solamente un libro sobre la muerte sino que es también un libro acerca de la vida. La llave de la muerte es la llave de la vida. Finalmente, debemos de trascender ambas.